La llegada del siglo XV nos obliga a prestarle un
interés especial, debido a que en la segunda mitad de los aflos mil
cuatrocientos tiene lugar el nacimiento de los dos FUNDADORES del
Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad: Don Juan Fernández de Velasco y Doña
Isabel Alonso de Guzmán y Fernárídez de Velasco, su sobrina.
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Portada de la Iglesia. |
Estos hechos nos conducen lógicamente a esbozar de
forma esquemática las líneas genealógicas de sus al menos antecesores
imnediatos, tanto de los Velasco, como de los Guzmán.
Don Juan Fernández de Velasco, nuestro Fundador,
nacido en 1465, es hijo del primer Condestable de Castilla y II Conde de
Haro, Don Pedro Fernández de Velasco. Es el tercero de los hijos varones,
después del primogénito Don Bernardino y de Don liligo, el segundo. Una
de sus cuatro hermanas es Doña Isabel, que más tarde contraerá
matrimonio con Don Juan Alonso de Guzmán, Duque de Medina Sidonia, de los
cuales nacerá nuestra fundadora.
Doña Mencía de Mendoza, hija del Marqués de
Santillana y esposa del Condestable Don Pedro, había fundado en Briviesca
el Hospital de Ntra. Sra. del Rosario y reedificado el Monasterio de Santa
Clara en esta ciudad. Los Velasco han sido grandes de*votos y
patrocinadores de la Orden de San Francisco, especialmente de la rama
femenina de las Clarisas.
El abuelo paterno, Don Juan, también llamado
Don Pedro Fernández de Velasco, primer Conde de Haro, pasó los últimos
años de su prolongada vida en el Monasterio de Santa
Clara por él fundado en Medina de Pomar, donde murió a los 90 años. Los
cronistas de su época le calificaron de «el más honrado, el más
cristiano y el mejor caballero de todas las Españas».
Siendo Camarero Mayor, uno de los más altos cargos
en la Corte, Don Juan II de Castilla le hace donación de las villas de
Haro y Belorado, nombrándole primer Conde de Haro.
El condestable Don Pedro hizo construir en vida en el
interior de la Catedral de Burgos, la majestuosa Capilla de los
Condestables donde yacen sus restos y los de su esposa Doña Mencía en un
soberbio mausoleo de mármol blanco. Muere en 1492 a los 77 años.
Le sigue en sucesión Don Berriardino Ferriández de
Velasco, II Condestable, I Duque de Frías y 111 Conde de Haro, pero muere
sin sucesión de varón en 1512, por cuyo motivo le sucede su hermano Don
Ifligo Fernández de Velasco, 111 Condestable de Castilla, IV Conde de
Haro y 11 Duque de Frías.
Estarnos ya por consiguiente ante los protagonistas
de la historia del Monasterio de la Piedad en la genealogía de los
Velascos: Don Iftigo, hermano de Don Juan, nuestro Fundador y Doña Isabel,
igualmente hermana de ambos, pero además, madre de nuestra Fundadora, Doña
Isabel Alonso de Guzmán y Femández de Velasco.
Los Guznián son necesariamente oriundos de la villa
de Guzmán, próxima a Roa y a Aranda de Duero. Ya en el siglo XII existe
el Señorío de la Torre de Guzmán. El más insigne de sus antecesores es
sin duda Santo Domingo de Guzmán, nacido en Caleruega en 1170 y fallecido
en el año del Señor de 1221 en Bolonia, Fundador de la Orden de
Predicadores.
Los Guznián se asientan en Andalucía a lo largo de
la Edad Media y es en San Lucar de Barrarneda donde a finales del siglo
XV, en 1464, nace el III Duque de Medina Sidonia, Don Juan Alonso de Guznián,
quien contrae matrimonio con Doña Isabel de Velasco y donde asimismo ve
la primera luz su cuarta hija Doña Isabel Alonso de Guznián y Ferriández
de Velasco, nuestra FUNDADORA, Sor María de la Piedad.
Al parecer, Doña Isabel Fernández de Velasco, esposa de Don Juan,
muere hacia 1490. Llego a esta deducción basado en el hecho de que Don
Juan se casa en segundas nupcias con Doña Leonor de Zúfliga, de cuyo
nuevo matrimonio tienen otros cuatro hijos, muriendo en 1500.
En mi opinión, nuestra FUNDADORA debe nacer muy próxima
al 1490 y además probablemente apenas llega a conocer a su madre que
muere sin duda antes de sus 30 años. El padre de la FUNDADORA, Don Juan
Alonso de Guzmán, fallece a los 36 aflos en 1500. Le sucede su hijo
primogénito Don Enrique Alonso de Guzmán, IV Duque de Medina Sidonia,
hermano por consiguiente de nuestra FUNDADORA.
Tenemos centrados en consecuencias los progenitores y
allegados de la FUNDADORA: Don Juan y Doña Isabel, sus padres y su
hermano Don Enrique.
Hecha ya la presentación histórica de algunos de
los protagonistas, nos encontramos en el umbral de¡ siglo XVI en el lugar,
hoy Casalarreina, que de aquí en adelante constituirá de forma casi
exclusiva el escenario histórico de los hechos que conforman la vida del
Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad. Se está operando en aquellos
primeros años del siglo XVI la transformación del hasta entonces su
primitivo nombre «Naharruri» en el moderno «Casa de la Reyna» hoy
evolucionado en Casalarreina.
Se hace obligado anticipar que no han dado el fruto
perseguido, respecto al cambio de nombre, las investigaciones realizadas,
ni en los Archivos de la Biblioteca Nacional, de la Cancillería de
Valladolid, de Simancas, de la Casa Ducal de Frías, de la Parroquia de
San Martín, ni en los de nuestro Monasterio de la Piedad.
Sin embargo, en el encabezamiento del primer Libro
parroquial de Baptizados de San Martín, se escribe en 1509:
«... Logar de la Cassa de la Reyna Ysabel la Católica
... » En diversas anotaciones de las primeras partidas baudsmales se
emplean expresiones similares a «en el Logar de Naharruri, ques llamado
de la Cassa de la Reyna...» en el Logar de la Cassa de la Reyna que se
puso a cuatro días del de octubre del año de mill e quinientos treze ...
» o solamente « ... en este logar de Naharruri ... ».
Es evidente, en consecuencia, que durante
la primera década del recién estrenado siglo XVI se opera el cambio de
nombre de la actual Casalarreina. Carecemos sin embargo de documento alguno a este
respecto en forma de «Carta de Nombramiento» firmado o extendido por la
autoridad única, entonces vigente, el Condestable de Castilla Don
Bernardino, Conde y Señor de Haro y, naturalmente, del «Logar de la
Cassa de la Reyna».
A mi juicio el cambio de nombre tuvo lugar de un modo natural y espontáneo,
por iniciativa de sus entonces escasos habitantes, como consecuencia de la
reciente construcción del Palacio de los Condestables, obra de Don
Bemardino Fernández de Velasco, hermano de. nuestro FUNDADOR, Don Juan.
En un poblado, compuesto en 1507, por nueve casas, tuvo necesariamente que
destacar de forma extraordinaria el fastuoso Palacio del Condestable. Es
natural, igualmente, que el Palacio, recién construido en la primera década
del siglo XVI fuera escenario de fiestas, celebraciones, recepciones
y estancias de nobles y sin duda de hasta regios personajes.
Si bien la historia no nos ha dejado noticia alguna
segura de haber sido visitado por la Reina Católica, parece cierta,,por
el contrario, la estancia en el Palacio del Condestable de Doña Juana la
Loca, hija de los Reyes Católicos, con la mira de ver si la quietud del
lugar y la pura atmósfera de su clima eran capaces de remediar los desvaríos
de la infortunada Dofta Juana.
Todavía a principios de este siglo XX, en
1906, Don Mariano Sáenz de Cenzano, entonces propietario del Palacio,
afirmaba que se conservaba intacta una habitación en la que había vivido
Doña Juana.
En el Apeo o amojonamiento efectuado en 1507 de las
heredades de la Casa de la Reyna, autorizado por el Escribano de Haro,
Nicolás de Haro, se afirma:
« ... que el Logar de la Casa de la Reyna es aldea y
jurisdizión de la Villa de Haro de la cual era Alcalde Ordinario, Sancho
Fernández de Villapaftino... que tenía 80 heredades de pan llevar que
hazían 459 fanegas y media de sembradura, 4 eras, 7 huertas y 9 casas...
que había un camino real de Casa de la Reyna a Tirgo ... » y se menciona
también el Palacio del Condestable.
Es fácil imaginar las razones que
movieron a Don Bernardino Fernández de Velasco, Condestable de Castilla,
Conde de Haro, Duque de Frías, etc., para poner sus ojos en Naharruri y construir en aquel pequeflo poblado su
majestuoso Palacio de campo, de fachada corintia de ocho magníficas
columnas, digno de ser una mansión real.
La transparencia de su cielo, habitualmente azul, las límpidas y claras
aguas de sus arroyos y sobre todo de su abundoso Río Oja, entonces también
llamado Glera, las espesas frondas de sus verdes sotos, poblados de salces
y alisos en ambas riberas y la quietud y sosiego del entorno,
contribuyeron sin duda a establecer aquí lo que su hermano Don Iftigo
calificará, aflos después, de «logar cobdiciadero para un home cansado».
DON JUAN, OBISPO.
Hecha la presentación, tanto de los personajes como
del'escenario de su actuación, voy a iniciar en primer lugar a lo largo
de las siguientes páginas el relato pormenorizado sobre la vida activa de
nuestro Obispo FUNDADOR, Don Juan Fernández de Velasco. Es necesario, sin
embargo, adelantar la gran escasez de datos biográficos personales en
cada una de sus Sedes Obispales.
La breve historia de su vida, que nos es conocida,
nos presenta a Don Juan al frente del Obispado de Cartagena y cuatro aflos
después, en 1508, le encontrarnos en la Sede del Obispado de Calahorra,
también entonces conocido por La Calzada, merced a la Bula del Pontífice
Julio II.
El sentido de. mi experiencia en estos casos de
parquedad de datos, me hizo establecer contacto telefónico con el
Instituto Gonzalo de Berceo y adquirí, contra reembolso, el Indice
actualizado de sus publicaciones, donde lamentablemente no hallé nada de
interés relacionado con mi búsqueda. Me puse en contacto, también telefónico,
con el Archivo del Obispado y solicité alguna información respecto a si
disponían de documentación escrita sobre el Monasterio de la Piedad o
sobre el Obispo Don Juan, documentación que pudiera ser comprada,
naturalmente, pero desistí de mi propósito ante la insistencia a que
visitara personalmente el Archivo pero sin garantía alguna de encontrar
lo que yo buscaba.
La burocracia nunca fue pródiga en facilitar el trabajo de investigación,
pero sí la bondad de nuestro Obispo Don Juan que, seguramente, desde su
Sede actual en el Cielo ha sabido ser indulgente con mi comunicante.
A partir de la toma de posesión de la Sede
espiscopal en la Rioja, los cronistas de su época nos han legado la
referencia de que la mayor parte de los ocho aflos de su Obispado en
Calahorra y La Calzada, Don Juan los pasa en el Logar de la Casa de la
Reyna, es decir, en el Palacio de sus hermanos, Bernardino, que fallece en
1512, y de Iñigo, su sucesor, hasta su nombramiento de Prelado en la Diócesis
de Palencia seis aflos más tarde, 1516.
A
pesar de la parquedad de datos biográficos de que díspo nemos sobre el
FUNDADOR es fácil imaginar y recomponer sus pasos y tomas de
decisión, una vez que vuelve a encontrarse en sus casas de Haro y
Naharruri o de la Casa de la Re yna con sus familiares y amistades.
Probablemente la contemplación y el disfrute del
Palacio que su hermano Bernardino, el Condestable de Castílla,~está
acabando de construir en Naharruri cuando él llega a la Sede Episcopal de
la Rieja, le impulsan a concebir la idea de la construcción de un gran
Monasterio que,,a través de Monjas de clausura, sin determinación
entonces todavía de Orden Religiosa, constituya la exaltación permanente
del acto trascendente del abrazo de María con el cuerpo crucificado de su
Hijo Jesús, que acaba de ser desclavado de su Cruz, la Piedad.
El hecho de que el Papa Julio II extienda en 1509 una
Bula pontificia por la que autoriza a Don Juan a otorgar Testamento y
disponer de sus bienes para emplearlos en la construcción de un
Monasterio, significa su decisión de realizar este piadoso proyecto, tan
pronto como vuelve a respirar la límpida atmósfera de la Casa de la
Reyna.
Aunque desconocemos actualmente el texto completo del
documento pontificio, sabemos que iniciaba con las palabras:
11-I-1509
«Julius Episcopus, Servus servorum De¡, Benerabili
Fratri Juanni Episcopo Calagurritani et Calceatensi ... »
18-XI-1511
Nuestro Obispo Don Juan Fernández de Velasco surge
nuevamente para la historia con ocasión de realizar una de sus funciones
apostólicas visitando la Parroquia de San Martín: «... a diez y ocho
del mes de setiembre y aflo de mill e quinientos y honze años... el miii
Magnífico Señor D. Juan de Velasco, Obispo de Calahorra e de la Calzada,
visitó la iglesia de dicho logar de la Casa de la Reyna
... ».
1-VI-1511
El reducido número de vecinos, que constituían el poblado de la Casa
de la Reyna a primeros del siglo XVI está reflejado en el Padrón que
tuvo lugar con el fin de distribuir ciertas pechas o impuestos del Concejo
de Haro entre todos sus vecinos, incluidos los pobres de solemnidad y los
de las aldeas de su jurisdicción como Casa de la Reyna con cinco pecheros
o vecinos. Por establecer una comparación de la situación de entonces,
aflado que Oreca, barrio actual de Anguciana, tenía 6 pecheros y
Anguciana, 12 vecinos.
25-II-1512
El Condestable de Castilla y Conde de Haro, Don
Bernardino Fernández de Velasco, lleva ya 20 aflos al frente de sus
ocupaciones políticas pero inesperadamente, en 1512, la muerte le
sorprende de modo repentino en Burgos sin dejar varón que le suceda. Se
hace cargo de forma automática, en Febrero del mismo año, de la
responsabilidad de asumir la autoridad de la Casa de los Velasco su
hermano segundo Don Iñigo Fernández de Velasco, ante la Cámara del
Consejo del Ayuntamiento de su Villa Condal de Haro.
Don Ifligo, hermano de nuestro Obispo Don Juan Fernández
de Velasco, ostenta al igual que su antecesor Don Bernardino, los títulos
y honores siguientes: IV Conde de Haro, 111 Condestable de Castilla, Capitán
General de las Españas, Justicia Mayor de Castilla la Vieja, Camarero
Mayor del Emperador Carlos V, Virrey de estos Reinos con el Almirante de
Casfilla y el Cardenal de Tortosa, etc:...
El espacio de tiempo transcurrido desde la llegada de
Don Juan a la Rioja como autoridad máxima directa entre el pueblo
cristiano, abarca las dificultades que ha debido superar hasta llegar al
momento de firmar la Escritura de Compra, en 1513, del terreno necesario
para la edificación o fábrica, como en aquella época se denomina, del
Monasterio proyectado en la Casa de la Reyna, dedicado a la Virgen en su
advocación de Ntra. Sra. de la Piedad.
No es difícil suponer las complejas circunstancias
'que tuvo necesidad de obviar nuestro Obispo para contactar con el gran
Maestro entallador y tracista Felipe de Vigarny, oriundo de Borgoina, por
cuya razón es también conocido como el Burguiñón, con el imaginero
palentino Juan de Valmaseda, con el igualmente entallador Juan de Cabreros,
con el tallista Cristóbal de Forcia, el cantero Juan de Ribero, el
montaftés García Gil de Ramales, el tracista Juan de Rasines así como
con otros muchos maestros.
Los críticos contemporáneos están de acuerdo en
admitir la participación cierta en algunos casos y probable en otros de
todos estos maestros en el proyecto y su realización del Monasterio de La
Piedad de la Casa de la Reyna. Por aquellas fechas encontramos documentada
su presencia y participación en trabajos para la Catedral de Santo
Domingo de La Calzada, la Capilla Mayor de Santo Tomás de Haro, la
Iglesia Parroquial de nuestra Villa, la Puerta plateresca de la Pellejería
en la Catedral de Burgos y en el Monasterio de La Piedad.
Se acepta hoy como indudable la participación del
Burguifión en el entallado, al menos, de los rostros y manos de las
figuras del Pórtico de entrada a la Iglesia del Monasterio.
COMPRA DEL TERRENO PARA
EL MONASTERIO.
29-VI-1513
«En veintinueve de junio de mil quinientos trece por
testimonio de Martín de Vitoria, Escribano de la Villa de Haro, compró
el Ilmo. Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Calahorra al Conzejo de
dicha Villa, habiendo precedido la licencia de su Señor el Señor Dri.
Ifligo Fernández de Velasco, Condestable de Castilla, 17 fanegas de
tierra en el Logar de la Casa de la Reyna, aldea y jurisdicción de la
expresada de Haro, en prezio de doze mil maravedís en que fueron tasadas
por el Licenciado Sancho Rarnires de la Basado, cura de dicho lugar y por
Juan Arroyuelo, vecino de la de Haro, para fundar un convento Monasterio
... ».
6-VI-1514
Los cinco años transcurridos desde el nombramiento
del Obispo Don Juan en 1508 como titular de Calahorra y La Calzada son un
período obligado y prudente en conseguir la colaboración de los Maestros
antes citados, establecer plazos y precios de la ejecución de las obras y
llegar al feliz día 6 de junio de 1514, fecha de la inauguración de las
obras y colocación de la primera piedra, bendecida precisamente por sus
propias manos.
Es tradicional la creencia, avalada más tarde en
varios documentos del Archivo del Monasterio de la Piedad, que la primera
piedra se halla colocada en el lugar que hoy ocupa el Altar Mayor.
El Obispo Don Juan despliega entre tanto otra
actividad complementaria a la construcción del Monasterio. Se trata de la
compra y perinuta, cuando es necesario, de tierras, bienes lindantes con
las 17 fanegas primeras, sobre las cuales está haciendo construir el
Monasterio, bien en lugares alejados pero siempre con el ánimo de
consolidar el patrimonio de la futura Comunidad de Religiosas.
El Archivo actual del Monasterio dispone
de numerosas Escrituras originales de Compra de difícil lectura para cuya
interpretación se hacen necesarias grandes dosis de dedicación y experiencia. A través de estas Cartas
de compra sabemos, por ejemplo, que «Don Juan da en censo a Hernando
Moneo, vezino de la Casa de la Reyna, unas casas e corral sitas en el
dicho Logar e otras piezas de sembradura... que hacen un total de 28
heredades...
Existen varias otras Escrituras, o como entonces se
decía Cartas de Compra, pero en aras de la brevedad me limito a copiar
seguidamente un detalle del texto de la compra que en nombre de Don Juan
hace su Escribano Antonio de Xaque o Jaque. El terreno que se compra en
esta Escritura corresponde a las tierras que hoy componen la Huerta, la
actual Campa y el suelo donde luego se edificó la Casa Colegio. En
consideración a esta circunstancia, copio algunos extractos del
docuniento:
10-XI-1514
«A todos sea notorio y manifiesto cómo Yo Antonio
de Xaque, Arcediano de Vizcaya e Camarero del Mui Ilustre Señor
Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia e Conde de Pernía, mi Señor,
otorgo e conosco que hago perinutación e cambio a Vos Juan de Sagasta y
Antonio de Sagasta, su hermano, veinte y seis fanegas e onze celemines de
trigo que Yo compré para el Obispo mi Señor e con sus dineros... e doy
Vos en dineros contados zinquenta Reales de la moneda que agora corre
porque Vos permuteis e deis al Obispo mi Señor, veinte fanegas de
sembradura de pan llevar, las onze de trigo y las nueve de zebada y dos
Capones... e porque traspaseis e deis a su Señoría seis fanegas e onze
celemines que habeis e teneis a surco de un Molino que tiene su Señoría,
significa que Don Juan lo había comprado ya, en dicho Logar
de la Casa de la Reyna que atafle al Monasterio que su Señoría hace de
nuebo... por primera vez e de nueba planta... e trocamos e traspasamos a
su Illustre Señoría de el Señor Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia
e Conde de Pernía, las dichas veinte y seis fanegas e onze celemines e
los damos por juro de heredad a su Señoría... e jurarnos a Dios e a esta
vera Cruz t Nos e cada uno de Nos pusíendo nuestras manos sobre ella... e
otorgarnos esta Carta de Troque e Cambio ante Martín de Vitoria,
escribano de la Reyna, nuestra Señora e su
Notario Público en la su Corte en el dicho Logar de la Casa de la Reyna a
diez días del mes de nobiembre, año del Nascimiento de Ntro. Señor Jesu
Christo de mil e quinientos e quatorze años... e por ende fiz aquí mi
signo en testimonio de verdad, Martín de Vitoria».
Las 26 fanegas y once celemines, adquiridos mediante
permuta, corresponden a unos 55.000 ms. cuadrados y son los terrenos que
actualmente ocupan la Huerta, la Campa, la Casa Colegio y el Campillo
junto al Molino, ya comprado para entonces.
TRASLADO DE DON JUAN A
PALENCIA.
1516
La plena actividad personal que están desarrollando
el propio Obispo Don Juan y sus ayudantes y secretarios se ve truncada súbitamente
por el nombramiento y su consecuente traslado a la Sede espiscopal de
Palencia, que tiene lugar en 1516.
Nadie ni nada nos ha legado las razones que pudieron
tener sus Superiores eclesiásticos para tomar una decisión tan súbita y
tan perjudicial para el proceso de construcción del Monasterio de la
Piedad... Cualquier hipótesis, que nos gustaría sin duda formular a este
respecto, debería tener por base algún indicio racional que nos diera
alguna luz referente al inesperado traslado a Palencia, pero
lamentablemente no conocemos documento alguno que siquiera haga mención a
tan desgraciado hecho para nuestro Monasterio.
Volvemos a perder nuevamente las huellas que la
actividad de Don Juan despliega en su nueva Sede de Palencia, a quien le
suponemos, sin embargo, sigue con interés los pormenores y problemas que
produce una obra de la envergadura que se está realizando bajo su
Patronazgo.
1517
Las crónicas de aquella época nos
informan únicamente que en 1517 el Emperador Carlos V visita
circunstancialmente Becerril del Campo, en Palencia, siendo acompañado a modo de escolta, a la
izquierda, por el Condestable de Castilla, Don Iftigo, y por el lado
derecho, por nuestro Obispo Don Juan, hermano del Condestable.
22-IV-1519
Si bien desconocemos las razones que le movieron al
Fundador Don Juan a formalizar su Testamento, podemos suponer que tal vez
alguna enfermedad interna pudiera haber sido la determinante a tomar esta
decisión, ya que justamente un año antes de su fallecimiento, le
encontrarnos en 1519 otorgando Testamento en el Convento de Religiosos Jerónimos
de la Estrella en San Asensio, hoy propiedad de los Hermanos de La Salle.
El texto del Archivo de¡ Monasterid de la Piedad,
correspondiente a este hecho, dice textualmente así:
«Otorgó su lima. Testamento en el Monasterio de Jerónim¿s
de la Estrella en 22 de Abril de 1519 con Bula que tenía para textar de
Doce Mil Ducados de Oro de Ntro. Ssmo. Padre Julio II, subdata en Roma a
11 de Enero de 150%.
Ignoro la equivalencia de un ducado de oro en pesetas
actuales. Se conoce por otra parte que 1 ducado castellano de principio de
los años mil quinientos, equivalía a unas 500 pesetas actuales. Los
12.000 ducados de oro, que figuran en su Testamento, representan en
consecuencia, cuando menos, unos 6.000.000 de pesetas.
Afortunadamente disponemos del texto completo del
Testamento del Fundador y en consideración a la estima y utilidad que sin
duda representa para la Comunidad actual, lo transcribo completo.
TESTAMENTO Y CODICILO.
«Y porque miii cierto se debe tener entre todos los
fieles cristianos que en cualquier obra que se llama el nombre de Dios, se
sigue buen comienzo, mejor medio y más provechoso
fin, es bien que para dalle cuenta de la Alma, llamemos al que la crió
para lo que es, pues que hizo lo más en criarla y red¡, milla, haga lo
que queda en salvarla mediante su Misericordia.
Y así biendo que Ntro. Sr. por su Misericordia,
hallende de redimimos nos dió el término de la vida para le poder pagar
mediante su Misericordia las ofensas que como malos y desagradecidos le
hacemos en pago del ser que nos dió y de la muerte y Pasión que por
nosotros recibió.
Y porque nuestra muerte es inui cierta y la vida tan
dudosa que continuo tiene muchos peligros y siendo el tiempo tan breve y
la quenta que tenemos que dar tan larga y también porque la nueba de
certificar a los nombres, el morir, es tan espantosa que muchas veces
bemos personas sabias y aun de grabedad, con la tal nueba túrbanse los
sentidos y cegárseles el seso y entendimiento, por lo cual no pueden
disponer de los cargos en que están obligados y por esto dejan la
disposición a otras personas.
Y porque es grande yerro que otro hará por mí después
de Yo, fallando lo que Yo por mí mismo en vida no hice bien, es que los
hombres dispongan de sus almas en tiempo, que en seso y entendimiento estén
sin turbación y por esto Yo Don Juan de Velasco, Obispo de Palencia y
Conde de Pernía, en nombre de Dios Padre, Hijo, Espíritu Santo, tres
Personas y un solo Dios berdadero, que pues Dios nos quiso tanto que no
solamente se satisfizo de tomar humanidad y con ella muerte por nos salbar,
mas quiso a su Madre Ntra.
Señora para que en todas nuestras necesidades
la llamásemos y como tal medianera entre Dios, su Hijo poderoso y
nosotros, nos socorriese y a quien Yo desde haora la llamo y la suplico en
memoria de las llagas de su Hijo, que por ser la memoria de los hombres
pequeña y el c argo que de Dios tenemos mui grande, awique Yo sea pequeño
individuo y pecador, quiero rogar a él, su Hijo precioso, me dé memoria
para acordarme en esta quenta de los muchos cargos que soy a Dios y a mis
próximos y así mismo conocer y cernir a mi Dios en la manera y forma de
esta disposición de Testamento y para que junto con esto me dé
arrepentimiento de mis pecados porque, cuando en el artículo de la muerte
me biere con entera contradicción, sepa pedir perdón de las muchas
ofensas que le he hecho como malo y desagradecido.
Por ende, por esta Escritura de Testamento digo que sea manifiesto a
todos cómo estando libre con mi seso, memoria, voluntad y entendimiento
sin impedimento alguno en la manera siguiente:
Primeramente ofrezco mi Anima a Dios para que así
como la crió y redimió con su preciosa sangre, la quiera salbar porque, aunque
mis pecados, como es verdad, son grandes, mui maior es su misericordia y
porque más cierta sea a Dios mi suplícación, tomo para que me entiendan
por mis Intercesores y Abogados a los Santos y Santas que aquí diré,
porque mis pecados son muchos, así pongo los Intercesores a Santo Agostín
y San Jerónimo y San Gregorio, San Ambrosio, San Francisco, San Pedro,
San Pablo, San Andrés, San Juan Ebangelista, Santo Tomás, San Anselmo,
San Antonio, Santa Catalina de Sena, Santiago y San Lucas, juntos con la
Madre de Dios para que como más testigos y aceptos a la Pasión de Jesús,
haian compasión y piedad de mí, siendo Intercesores ante Jesu
Christo y así mando el cuerpo a la tierra porque, como en ella ha
ofendido a mi Dios, en el mismo lugar padezca estando apartado de su Alma
y comido de muchos gusanos hasta el día que en aquel Juicio General y
espantoso, seamos todos por Dios llamados.
Yteni usando de la facultad que tengo de él Nuestro
mi Santo Padre Julio Segundo para testar, la qual originalmente ba dentro
de esta Escriptura de Testamento, mando que, cada y quando que después de
mi muerte, este mi Testamento, se abriere y publicare delante del Juez del
lugar do Yo falleciere, se publique esta Escriptura de su Santidad y se
autorice delante de tal Juez para que se incorpore el traslado della con
el traslado que de este Testamento original se sacase en manera que haga
fe.
Ytem mando que mi cuerpo sea sepoltado en la Capilla
Maior del Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que Yo hago en el Logar de
la Cassa de la Reyna y que por la sepoltura que compren de Juro y de
Censos treze mil marabedís e porque me digan cada día para siempre en la
dicha Capilla Maior una Missa rezada por mi alma.
Ytem mando que sobre mi sepoltura no se ponga tumba
alta sino sólo la piedra negra y en la dicha piedra se ponga unas letras
esculpidas que digan: «0 Jesús no mires mis males porque no olvides tu
nombre».
Ytem mando que se den cada veinte y cinco reales a
Ntra. Sra. de Guadalupe y de Monserrate y de Balbanera y otros cada veinte
y cinco a San Agostín de Haro, Monasterio de Burgos y a la Iglesia de
Santiago de Galicia y mando que en cada Iglesia de estas se gaste estos
reales en aceyte y alumbrar la lámpara que está ante el Santísimo.
Ytem mando que se compre una heredad que rente
quinientos marabedís, los cuales sean para alumbrar contínuo la lámpara
del Santissimo de la Yglesia del Iogar de la Cassa de la Reyna».
Sigue a continuación una larga y detallada relación
de mandos y donaciones a diferentes Iglesias.
«Ytem mando a Antonio de Xaque, mi Camarero, cien
mil marabedís y que toda la Hazienda mía que es a su cargo, sea creído
por su juramento sin más cuentas de las que quisiera dar porque de lo demás
tengo dado fin y quito».
Sigue otra relación de donaciones a personas
allegadas a sus Obispados.
«Yteni mando que se me digan cinco mil Missas, la
mitad por los Frailes de los Monasterios de San Francisco del Obispado de
C~orra e la otra metad en los Monasterios de la misma Orden del Obispado
de Palencia».
«Ytem. mando porque este Monasterio esté en la
autoridad que merece, quiero y es mi voluntad que el Señor que es e fuere
de la Casa de Velasco y su Muger sean para siempre Patronos de este
Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que Yo hago... y si cumplido lo
susodicho, quedare más hazienda, quiero y es mi voluntad que mi heredero
lo gaste en que se acabe el Monasterio de Ntra. Sra. de la Piedad que yo
hago en el Logar de la Cassa de la Reyna. La disposición de lo cual dejo
libremente a mi Heredero e digo que le haga de la Orden que él quisiere
con condición que sea de mujeres e no de varones».
No había transcurrido todavía un año de la fecha
de otorgamiento de Testamento por parte del Fundador, cuando el 15 de
Marzo de 1520, Don Juan, bien por haber sufrido algún ataque inesperado
que sin embargo no le privó del lucimiento mental necesario, o bien, si
así sucedió, porque lo tenía previsto y redactado, firmó un Codicilo o
apéndice complementario a su Testamento en
virtud del cual manifestaba su última voluntad, consciente de que se
hallaba aquel fatal día 15 de Marzo próximo a comparecer ante su Señor.
El texto del Codicilo es el siguiente:
«En la Villa de Castro Verde de Cerrato, de la diócesis
de Palencia, a quinze días del mes de Marzo de mil e quinientos y veinte
aflos en presencia de mí el Bachiller Rialmar, Notario Apostólico de la
diócesis de Salamanca...
Otrosí dijo su Ilma. que su voluntad era que fuesen
testamentarios para cumplir con su Anima y todos sus cargos y para pagar
sus Legados y Mandas y todo lo demás que a la ejecución del dicho
Testamento según conviene al Mui Ilustre Señor Don Iñigo Fernández
de Velasco, Condestable de Castilla, su hermano, y Antonio de Xaque, su
Camarero y el Licenciado Francisco de Ybarra, sus criados, a los quales
dio su poder cumplido y entera voluntad.
Testigos e Francisco de Cáceres, criados de su Señoría el Condestable entre otros muchos quod vidimus testamur, el
bachiller Rialmar».
En el relato del Archivo del. Monasterio se lee:
«Por testimonio del Bachiller García de Rialmar,
Notario Apostólico, otorgó su Cobdicilo en la Villa de Castro Verde de
Zerrato, Obispado de Palencia, donde se hallaba de Obispo, en 15 de Marzo
de 1520 en el que se declara:
«Que en el Testamento que tenía hecho, abía
instituido por sus herederos en cierta parte al señor Condestable y Señora
Duquesa de Frías, su Mujer, lo que de nuebo aprobaba y ratificaba, pero
que de los Bienes que quedaban, hacía donación al dicho Convento y de
nuebo le instituía por Universal Heredero de todos sus Bienes».
MUERTE
DEL FUNDADOR.
15-III-1520
Los presagios del Fundador, Don Juan, respecto a la
inminencia de su muerte, se cumplieron el 15 de Marzo de forma inexorable,
ya que expiró aquel mismo día.
Transcurridos ya más de quinientos años de la fecha
del nacimiento, 1465, del Obispo Don Juan Fernández de Velasco, me es
grato ahora, tras historiar el final de su vida, intentar presentar a la
actual Comunidad de Religiosas la ejemplar semblanza que de su alma
trasciende en la lectura crítica de los textos de su Testamento y
Codicilo.
Estoy haciendo un paréntesis en el relato de la
Fundación del Monasterio de la Piedad, deteniéndome en la fecha de su
muerte. Después de haber estudiado, investigado y extractado cuantos
docunientos componen el valioso Archivo monacal hasta la fecha actual y
llegado este momento me siento obligado, en aras de la verdad histórica,
a exponer que tengo la impresión de que la memoria del Fundador no ha
sido suficientemente valorada y justipreciada por las Comunidades que han
precedido y aceptado las responsabilidades de su época y observo que esta
falta de sensibilidad en valorar en su justa medida la grandeza de espíritu
y la extraordinaria m agnanimidad del Fundador se hace más manifiesta
entre los frailes que han asesorado e intervenido en la vida espiritual y
material de las religiosas a lo largo de estos cuatrocientos sesenta y
ocho años, transcurridos desde la muerte del Obispo Don Juan.
A medida que vaya relatando los hechos venideros,
pondré de relieve esta impresión que por ahora me limito a apuntar.
Opino que al historiar ahora el fruto de mi inmensa investigación del
Archivo del Monasterio me considero moralmente obligado a subrayar y
resaltar la sencillez y humildad de su pensamiento, su profunda piedad y
devoción hacia la Madre de Dios en su advocación de Ntra. Sra. de la
Piedad, su responsabilizada disposición ante la llegada de su última
hora, su enorme preocupación por el futuro de su proyecto en marcha, el
Monasterio de la Piedad, las sabias y prudentes medidas encaminadas a dar
fin a la obra iniciada y a establecer las bases de su supervivencia futura,
su resignada aceptación previa del final de sus días y la gozosa
esperanza de merecer la misericordia de su Señor.
Podemos afirmar que al menos sus últimos veinte años
han estado inspirados y dedicados preeminentemente a la Fundación del
Monasterio de la Piedad. Las 17 religiosas que
componen la actual Comunidad --acaba de dejamos para siempre la Madre
Presentación tras su largo peregrinar de 95 años -- pueden y deben
estar enormemente orgullosas de ser monjas dominicas en el Monasterio de
la Piedad, merced y gracias a la magnífica obra de su Fundador.
INHUMACION
PROVISIONAL
EN LA PARROQUIA DE SAN MARTIN
Los testamentarios del fallecido Don Juan, Francisco
de Ibarra y Antonio de Xaque o Jaque aceleran las medidas para trasladar
el cuerpo de su Señor desde Castro Verde de Cerrato hasta el Logar de la
Casa de la Reyna en la Rioja, y en efecto, tres días después, el 18 del
mismo mes, llegan a marchas forzadas a su Iglesia Parroquial de San Martín,
donde proceden a su entie rro provisional en tanto se acaba la construcción
del Monasterio, lugar definitivo para su última sepultura.
En la crónica del Monasterio y en relación con este
hecho, se escribe en 1761:
18-IV-1520
«Y en domingo a 18 días del dicho mes y año de
1520, fue depositado su cuerpo en la Yglesia parroquial de San Martín de
la Casa de la Reyna por sus testamentarios el Licenciado Francisco de
Ybarra y Antonio de Xaque.
Y pues aunque quedó también por testamentario dicho
Ifligo Fernández de Velasco, su hermano, por quanto no podía atender por
sus muchas ocupaciones el cumplimiento de dicho Testamento, dejó su Ilma.
corriese por quenta de los dichos Testamentarios y que tomasen toda su
Hazienda y Vienes en su poder.
Quienes viendo que su Ilma., aora muerto
sin concluir ni dotar el Monasterio y que abiendo procurado los mejores
medios para su dotación, no hallaban las suficientes para suplir las
necesidades, hicieron cesión de él en el Mui Iltre. Señor Don Iñigo de
Velasco, Condestable de Castilla
y en la su Mui Iltre. Señora Doña Mencía de Thobar, Duquesa de Frias,
su Muger, con varios pactos y condiciones según el Ilmo. lo había
ordenado en su Testamento.
E los dichos Testamentarios a Sancho Ramires de la
Bastida, Beneficiado de la dicha Parroquia de San Martín y a los otros clérigos
Beneficiados de ella estando allí mucha gente así del dicho Logar como
de fuera, que habían venido al enterramiento del seftor Obispo que, por
quanto su Señoría por su Testamento, había mandado que su cuerpo fuese
traído a la dicha Yglesia y allí fuese depositado.
E puesto que la sepoltura estaba abierta, que ellos,
conformándose con la cláusula del Testamento, como tales testarnentarios
e cabezaleros ponían e depositaban allí el cuerpo del señor Obispo para
que, quando que a ellos paresciese e pluguiese como a tales testamentarios,
llevar de allí e trasladar el dicho cuerpo a otra parte, lo pudiesen
hacer libremente e que así de esta forma y no de otra lo ponían en
aquella sepoltura que para ello estaba abierta e de como lo protestaban y
decían, pidieron a Mi el Notario, se diese por testimonio y a los
presentes rogaron que fuesen ellos testigos e llamados e rogados, Pero López
de Aguirre, criados de su Señoría e Sancho de Esparta e Gonzalo de Cáceres
y Francisco de Cáceres, criados de su Señoría e otros muchos. Lo que
signé e rubriqué el bachiller Rialmar, Notario Apostólico».
La muerte del Fundador no debió entrañar las
dificultades insalvables previstas ya que apenas transcurridos ocho años
desde la colocación de la primera piedra en 1514, ahora, en el año del
Señor de 1522, se procede a la bendición e inauguración, sin duda
provisional, del Monasterio de la Piedad, por el electo Papa Adriano VI
con ocasión de su paso por la Casa de la Reyna camino de Barcelona donde
había de embarcarse hasta el puerto vaticano de Ostia y llegar finalmente
a Roma para allí ser confirmado y coronado Pontífice de la Cristiandad.
INAUGURACION
DEL MONASTERIO
POR EL PAPA ADRIANO VI
14-III-1522
«El Condestable, escribe el cronista de aquel
viaje papal, con los restantes magnates y con una gran multitud de gentes,
acompañó al Santo Padre, en medio de un gran orden y magnificencia hasta
el lugar de La Puebla y por esta razón se esforzó en rendir el mayor
honor y agasajo a tan gran Pontífice. Al día siguiente, era el día
treze de Marzo de mil e quinientos veinte y dos años, llegaron al Lugar
de la Casa de la Reyna donde se levantaba el célebre Palacio del
Condestable y en él descansó aquella noche. El día quatorce siguiente
inauguró la fábrica del Monasterio e Yglesia de Ntra. Sra. de la Piedad
en el dicho Logar».
El
Condestable Don Iñigo Fernández de Velasco hizo lo necesario para finalizar en 1522 el Monasterio
iniciado por su hermano el Obispo Don Juan y le agregó como dotación
la magnífica hacienda que los Condestables tenían en Villalpando,
provincia
de Zamora. Esta hacienda de Villalpando no vuelve jarnás a ser mencionada
en documento alguno posterior a la Fundación y cuando a lo largo de los
468 años de existencia del Monasterio de la Piedad se hacen varias
relaciones o índices de sus pertenencias, tampoco figura nunca esta
hacienda de Villalpando.
Las ingentes dificultades que, para continuar y dar
feliz remate a las obras del Monasterio de la Piedad, surgen a los pobres
testamentarios y cabezaleros del Obispo Don Juan, están reflejados en un
traslado o copia de los años mil seiscientos.
Era una práctica habitual efectuar traslados, o como
ahora denominarnos copias, de aquellos docuinentos de excepcional
importancia, que, o bien se hallaban tan deteriorados por su frecuente uso,
que corrían el riesgo de desaparecer o bien porque se hacía, como todavía
ahora ocurre, ininteligible su lectura y comprensión. Me estoy refiriendo
a los manuscritos redactados y copiados antes de 1600, cuya lectura exige
una buena dosis de práctica y de paciencia.
Nada hay más probatorio en cualquier investigación
de rigor histórico que la aportación de documentos que avalen nuestras
manifestaciones o juicios de valor. Los documentos de los siglos XV y XVI
sobre todo, tienen además el encanto del lenguaje y expresiones propias
de aquellas épocas. Por ambas razones, son imprescindibles.
En el proceso de la Fundación del Monasterio de la
Piedad cabe destacar cinco documentos de excepcional importancia, que
enumerados en orden cronológico son:
-Testamento del Fundador hecho en el
Monasterio de la Estrella en 1519,
- Capitulaciones entre los testamentarios del
Obispo Don Juan, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, ambos sacerdotes,
y los Condestables Don Ifligo Fernández de. Velasco y su Mujer, la
Duquesa de Frias, celebradas en Valladolid en 1522,
- Confirmación y nuevas Capitulaciones entre
los Condestables, Doña Isabel de Guznián y de Velasco, su sobrina, el
General de la Orden de Santo Domingo, Padre García de Loaysa y los
testamentarios, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, celebradas en
Logroflo en 1523,
- Toma de posesión, en 1524, del Monasterio
por el Padre Lozano, Prior de Burgos, realizada en la Casa de la Reyna, y
- Testamento de Doña Isabel Alonso de Guznián
y Fernández de Velasco, la Fundadora, en 1524.
Voy a transcribir seguidamente el texto de la Carta
de Contrato entre los testamentarios y los Condestables de Castilla.
CAPITULACIONES DE
VALLADOLID.
22-X-1522
«Sepan quantos esta Carta de público
instrumento de Contrato y Pacto convencional vieren cómo en la noble
Villa de Valladolid a veinte y dos días del mes de Octubre del
Nascimiento de ntro. Salvador Jesu Christo de mill e quinientos y veinte y
dos años, en presencia de Mí, Juan
del Castillo, Escribano desta cesárea y cathólica Magestad, parecieron
presentes de la una parte el Mui Ilustre Señor Don Ifligo Fernández de
Velasco, Conde Estable de Castilla y la Duquesa de Frias, la Mui Ilustre
Señora Doña María de Tobar, su muger, y de la otra el Licenciado
Francisco de Ybarra, vezino de la Villa de Eibar ques en la provincia de
Guipúzcua y Antonio de Xaque, clérigo de la Diócesis de Ciudad Rodrigo,
Testamentarios del Ilustrísimo Señor Don Juan de Velasco, Obispo de
Palencia y Conde de Pernía, difunto que en gloria sea, por virtud de una
cláusula en el Testamento y Codecilo contenida.
Y luego que los dichos Licenciados Ybarra y Xaque que
por quanto el dicho Obispo su Señor hacía un Monasterio en el Logar de
la Casa de la Reyna ques de la Diócesis de Calaborra a servicio de Dios y
a honor de su Bendita Madre, poniéndole por nombre ntra. Sra. de la
Piedad úara que obíesse Piedad de su Anima y Remissión de sus pecados
por los méritos de su Sacratísima Passión y para que perpetuamente
fuesse alabado'y ensalzado su santo Nombre y poblado el dicho Monasterio
de Religiosas Monjas, según que a los dichos Testamentarios bien visto
les fuesse y antes quel dicho Monasterio se acabasse de edificar e de
dotar, fue la voluntad de ntro. Señor de lo llevar a su Santa Gloria,
remitiendo el dicho Monasterio a los Testamentarios y ellos conformándose
con su voluntad final quel Monasterio obiesse de ser de Religiosas y no de
otra manera y consíderando la construcción y hedificación y dotación
del Monasterio no había quien tan congruentemente lo hiciese y las
necesidades del Monasterio las pudiese suplir como sus Señorías los
Condestables, puesto que ellos, Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, abían
procurado y trabajado por remediar el Monasterio e no hallaban tan entero
remedio para suplir sus necesidades como son sus Señorías de su propia y
espontánea voluntad.
Y dijeron le otorgaban y otorgaron los Capítulos y
Pactos convencionales a buena fe, sin mal engaño en la manera que sigue:
Primeramente fue asentado entre sus Señorías y los
dichos Francisco de Ybarra y Antonio de Xaque, siguiendo la
voluntad del Señor Obispo, quel propio nombre deste Monasterio
para siempre sea el Monasterio de Nuestra Señora de la Piedad, ques el
nombre que desde el principio de la Fundación le puso el Señor Obispo
construydor e fundador del Monasterio y ansí acordaron y dijeron que se
llamase.
Otrosí quedó asentado entre sus Señorías y los
Testamentarios queste Monasterio se aya de poblar y se pueble para agora y
para siempre jamás de Monjas religiosas de la Orden que a sus Señorías
bien visto fuese.
Otrosí quedó asentado que el Señor Condestable y
la Sra. Duquesa y sus subcesores en la Cassa y Mayorazgo de Velasco sean
Señores y Patronos del Monasterio perpetuamente desde agora para siempre
jamás y que desde luego lo ayan de tomar y lo tomen por suyo para le
poblar de Monjas Religiosas y los Testamentarios desde luego dan y
entregan a sus Señorías la Possesión Real actual vel quasi dél y en
todo lo que de aquí en adelante hicieren y negociaren y procuraren en el
edificio y cosa y negocio del Monasterio... y se constituyen por
Posehedores y sus Señorías dijeron que así lo aceptaban y recivían y
que en onor y alabanza de Dios ntr. Señor y de su gloriosa Madre, para
dotación del Monasterio de la Piedad le hacían e hicieron Donación pura
e yrrevocable, que dicha entre vivos, de todos los bienes y hacienda,
muebles y Rayces e casas, huertas, herrañales, tierras de pan llevar,
palomares, prados e viñas, censos y pan de renta, títulos, derechos y
acciones y todas las otras cosas que fueron de Bemardino de Valbuena,
vezino de la Villa de Villalpando, desde la piedra del río hasta la hoja
del monte, según les pertenece... la qual Donación de los bienes y
hacienda de Bernardino dijeron que hacían e hicieron desde agora para
siempre jamás y de los frutos y rentas se constituían por posehedores en
nombre del Monasterio de la Piedad.
Otrosí fue convenido y asentado que sus Señorías
ayan de poner y pongan Monjas en el Monasterio dentro de tres años
primeros siguientes y que dentro de dos meses después que en el
Monasterio obiesse Monjas, el cuerpo del Señor Obispo que está
depositado en la Yglesia de San Martín de dicho
Logar, sea trasladado al Monasterio y se sepulte en la Capilla Maior del
Monasterio en la parte más convenible a donde sus Señorías bien visto
fuere, lo qual se remita a la libre voluntad y disposición de sus Señorías
para que lo manden hacer como quien sus Señorías son y la persona del Señor
Obispo merezca y manden hacer la sepoltura del Señor Obispo decente y
conforme a su Testamento.
Otrosí quedó asentado y convenido que el día quel
cuerpo y huessos del Señor Obispo fueren trasladados de la Iglesia
parrochial de San Martín al Monasterio y Capilla, se le diga
perpetuarnente para siempre jamás una Missa de Requiem cada día, excepto
que los días de Pasqua y domingos y días de Ntra. Seflora y Apóstoles y
otras fiestas solemnes en el Altar Maior de la Capilla con su Colecta pro
defuntis y acabada la Missa, el Preste diga un Responso sobre su Sepoltura
y sus Señorías asientan la dotación de lo que mereciere esta Capellanía
sobre la dotación hasta que sea señalada o situada en otra parte que esté
segura y bien dotada y que sus Señorías no darán ni entregarán el
Monasterio sin que la Abadesa, Monjas y Convento, que fueren, se encarguen
de decir la dicha Capellanía perpetuamente como dicho es.
Yten quedó asentado y concertado que en vida de sus
Señorías no aya más número de Religiosas en el Monasterio que las que
sus Señorías quisieren poner y después de sus largos días, aya de aber
en el Monasterio cierto número de Religiosas quantas honestamente se
pudieren sustentar con la dotación que sus Señorías dejen y el número
de las Monjas sea a voluntad de sus Señorías en la manera susodicha y si
casso fuere que las rentas de dotación y grangería del Monasterio
creciere, crezca asimismo el número de Monjas a voluntad de sus Señorías
como dicho es.
Otrosí dijeron después de sus largos días de sus
Señorías, sean Patrones perpetuamente del Monasterio los Señores que
subcedieren en el estado y Mayorazgo de la Cassa de Velasco y ansi en esto
y en lo demás se guarde y cumpla la voluntad del Señor Obispo según por
su Testamento y Codicilo se contiene y dijeron sus Señorías que prometían
y prometieron por firme y solemne esta Capitulación...
Testigos
que fueron y vieron otorgar lo susodicho: Don Diego de Huidobro, Abad de
Berlanga y Cobarrubias y Francisco de Brihuela, criados de sus Señorías
y los dichos Señores Conde Estable y Duquesa y Licenciado Ybarra y Xaque
otorgantes lo firmaron de sus nombres en el Registro de esta Escriptura,
según ante Mí passó y por ende fize aqui este signo en testimonio de
verdad, Juan de Castillo».
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