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Claustro Gótico |
Siguiendo
el orden cronológico de los acontecimientos que me he propuesto al
inicio de esta Monografía histórica, corresponde por su fecha dedicar
unas líneas a un hecho acaecido el aflo 1552, que si bien no tiene
relación directa alguna con nuestro Monasterio de la'Piedad, sirve sin
embargo para encuadrarlo en la historia que se está desarrollando en el
mismo lugar de su emplazamiento, Casa de la Reyna.
Los
Femández de Velasco ostentaron numerosos títulos, bien de nobleza
hereditaria o de cargos ocupados en el Reino, según hemos detallado en
páginas anteriores al referimos a Don Ifligo, hermano de nuestro
Fundador y tío de nuestra Fundadora.
Sus
herederos y sucesores actuales mantienen directamente el Ducado de Frías,
cuyo Archivo se conserva en el Castillo de Montemayor, en Córdoba.
Existe un índice editado muy valioso que contiene la referencia de
cuantos documentos se hallan en él archivados. Una de estas referencias
alude textualmente a:
1552
«Consentimiento
que da el Condestable Don Pedro Femández de Velasco a su esposa Doña
Juliana Angela de Aragón para que pueda edificar un Monasterio de
Clarisas en el lugar de Ajubarte, posesión del Condestable».
Ajubarte,
que aparece en numerosos documentos desde el siglo XII bajo las
denominaciones de Aplarte, Jubarte, Ajubarte, etc... indicadoras inequívocas
de la,época de repoblamiento de la Rioja por gentes de lengua vascuence,
está hoy situado a las afueras de Casalarreina en la carretera que
conduce hacia Santo Domingo. Pueden verse todavía las ruinas de su
Iglesia bajo la advocación de San Román y el molino con sus arcadas.
Se
desprende una vez más del simple título del documento que estoy
comentando, que los Velascos tenían afinidad especial por la Orden
franciscana y sobre todo por la rama femenina, las Clarisas.
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Claustro Gótico. |
VISITA
DE SAN FRANCISCO DE BORJA.
La
fundación de este Monasterio de Clarisas en el lugar de Ajubarte en
1552 tiene su origen en la visita que hizo a este lugar el entonces
Francisco de Borja, antes Duque de Gandía al servicio de la gran Reina
Isabel la Católica, cuya conversión religiosa obedece a la
decepcionante contemplación en Granada del cadáver descompuesto de su
Reina.
Transcribo
seguidamente el extracto tomado de la Vida de San Francisco de Borja,
Cuarto Duque de Gandía y Tercer General de la Compañía de Jesús,
escrito en 1754 por el Cardenal D. Alvaro Cienfuegos:
«Francisco
de Borja por orden de Ignacio de Loyola recorre varias¡ ciudades de
Castilla, Navarra y Vascongadas dando Santas Misiones que conmueven a
las gentes. El 19 de Marzo de 1552 salió a «pie de la Villa de Vergara
en aras de la obediencia y llegó a Casa de la Reyria, lugar del
Condestable de Castilla, donde le esperaba la Duquesa de Frías, Doña
Juliana Angela de Aragón, su tía, y la Condesa de Osorno Doña María
de Velasco, quienes con repetidas lágrimas suplicaban viniera a
visitarlas.
La
Duquesa tenía prevista habitación en su Palacio, pero conociendo los
sentimientos austeros de San Francisco, compró al día siguiente de su
llegada una pobre casa con su huertecillo, esperando que cobrara amor a
aquel sitio recogido, viniese muchas veces a aquel pueblo.
Unos
cinco días estuvo predicando muchos y encendidos sermones y pláticas
acercándose a la Comunión general el último día muchas almas. Muchas
damas de las dichas Duquesa y Condesa acudieron a San Francisco para que
las encaminase a la observancia de una Orden rigurosa, trayendo las
Monjas de Gandía de donde era Abadesa su tía, Sor Francisca.
Como
esta idea la tenía muy adelantada el celo del Santo, el día 25 de
Marzo de este mismo año de 1552, fiesta de la Encarnación, convinieron
en virtud de las Bulas Pontificias en elegir siete hijas del Monasterio
de Santa Clara de Gandía, entre ellas sus dos hermanas, Sor María de
la Cruz y Sor Juana Bautista de Borja, con Sor María de la Cruz y la
hermara del Marqués de Denia y su expresada tía Sor Francisca como
Prelada.
Una
mañana partió a recibir a las Monjas que venían de Gandía. Las
alcanzó en Tudela y eran acompañadas de Caballeros, Religiosos y
Eclesiásticos pasando por Nájera, donde fueron hospedados en el
Palacio del Duque, llegando por fin a Casa de la Reyna siendo acogidas
en una casa grande fuera del lugar en Ajubarte donde estaban dispuestas
las celdas y oficinas».
1557
No
parece que fue permanente la estancia de estas Monjas descalzas de Sta.
Clara en Casa de la Reyna, pues el año de 1557 el Santo de Borja recabó
de la Princesa Doña Juana, hija del Emperador y viuda del Príncipe Don
Juan de Portugal, que pasaran a la Corte de España.
La
fábrica o edificio de Casa de la Reyna, donde habían posado, padeció
ruina, después de fallecida la expresada Duquesa y tía suya Doña
Juliana Angela de Aragón, cual vino a confirmarse posteriormente en el
año 1758, pues vivían en el Monasterio de las Descalzas Reales de
Madrid, sueño dorado de San Francisco de Borja».
COMPRA
DE MARMOL.
Retornando
al discurrir histórico de nuestro Monasterio de la Piedad que estoy
describiendo, descubro en su inagotable Archivo una referencia al Panteón
del Fundador y posiblemente también a la Fundadora que acaba de
fallecer, hace 9 años.
6-VII-1555
Se
trata del documento o «Escritura de Concierto, otorgada el 6 de julio
de 1555 ante el Escribano Alvaro Pérez de Casa de la Reyna por Don
Pedro Femández de Velasco, Condestable de Castilla y Juan de Lugano
comerciante para que éste entregue una partida de mármol fino de
Carrara destinado al Monasterio de la Piedad».
No
cabe duda de que se trata de los mausoleos de nuestros Fundadores y
aunque lo recordaré en su reciente fecha, anticipo que según mis
apuntes, extractados de nuestro Archivo, la placa superior del Epitafio
del Obispo Don Juan fue colocada el 12 de Noviembre de 1594.
PLEITO
DE LA «QUARTA FUNERAL».
El
soberbio Palacio de los Condestables, construido en la primera década
del recién estrenado siglo XVI y el majestuoso conjunto arquitectónico,
compuesto por la Basílica y el Convento del Monasterio de la Piedad,
hecho edificar igualmente por aquellos aflos, atraen a Casa de la Reyna
a la nobleza que disfruta y vive el privilegio de amistad y favor que
les otorga la gran figura política de los' Condestables de Castilla.
Surgen
en efecto Casas solariegas en el Logar de la Casa de la Reyna en tomo a
la Corte y sede estival establecidas por los Condes de Haro, Don
Bemardino primero y luego a su muerte, por Don Ifligo, su hermano y
heredero.
La
Parroquia de San Martín es reducida en aquella época a tenor con el número
de sus vecinos, 6 en 1508, unos treinta habitantes. Los Condestables, la
nobleza, el clero, los mercaderes, los artesanos, etc., celebran sus
actos religiosos preferidos en el Monasterio, acabado merced a la
desinteresada ayuda de Don Ifligo, el Condestable de Castilla que
comparte la máxima autoridad del Reino, después del Rey, con el
Almirante de Castilla.
Llegada
la hora de su muerte, algunas fíamilias de la aristocracia de la Casa
de la Reyna expresan su voluntad de ser enterradas en el Claustro o en
el interior de la Iglesia del Monasterio y en efecto, su suelo está
todavía, en lo que respecta al Claustro, cubierto de losas numeradas
que señalan los lugares de sepultura.
Todo
este proceso de crecimiento del Logar, de asentamiento de la nobleza
local y de su enterramiento en el Monasterio es completamente normal.
1566
Pero...
en 1566 el Cabildo Parroquial del Lugar exige al Monasterio la «Quarta
Funeral». Como esta exigencia no merece la aprobación y complacencia
de la «Señora Priora, Monjas y Convento», el problema degenera en un
pleito, proceso al que se recurre en aquellas épocas por las nimiedades
más absurdas, naturalmente según nuestro criterio actual.
Intervienen
las Autoridades Eclesiásticas del Obispado de Calahorra y condenan al
Monasterio en 1556 a pagar al abad y a sus beneficiados la «quarta
funeral».
La
Monja cronista de turno escribe... «... por mandamiento del Mui
Reberendo Provisor del dicho Obispado para que dentro de nuebe días
paguemos la dicha quarta parte so pena de excomunión».
La
lectura de este corto párrafo nos permite deducir que, una vez pagado
al Cabildo la quarta funeral del importe total cobrado por Misa, funeral,
etc., a la familia del inhumado en el Monasterio, los enterramientos podían
realizarse sin dificultad alguna. ¡Pequeñas miserias humanas!
LA
CAMPA DEL MONASTERIO.
Hoy
contemplarnos al Monasterio rodeado de edificios y tapias por su frente
norte, pero es necesario adelantar que la primera casa, más próxima,
el Palacio de Pobes, fue edificado hacia 1758. Hasta entonces el
Monasterio estuvo situado en despoblado, entre «campos de sembradura,
viftas y huertas». El buen Obispo Don Juan había sabiamente permutado
un espacio de 26 fanegas alrededor del Monasterio, que entonces hacía,
por otras tierras de similar superficie. Es el terreno que los
documentos del Archivo han denominado siempre, en parte, como la «Campa».
Esta
Campa sin embargo, estaba rodeada de otras piezas y sus dueños, faltos
de escrúpulos, la reducían callada pero al parecer sensiblemente,
hasta que las Monjas, avisadas de estos hechos, pidieron al Concejo de
la Villa de Haro se procediera a hacer un apeo o amojonamiento con
objeto de restablecer los mojones primifivos.
Un
cuadernillo compuesto por 15 folios -fojas o foxas, como entonces se decíanos
narra en el estilo recargado y repetitivo, propio de aquellas épocas,
la ejecución de aquel amojonamiento. El título de este documento es el
siguiente:
1568
«Apeo
del Campo e sido del Monasterio de ntra. -Sra. de la Piedad del Lugar de
la Casa de la Reyna, questá delante del Monasterio».
«...
úízose este Apeo en el año mill e quinientos e sesenta e ocho aflos».
Este
campo o Campa, como lo denominan todos los documentos del Monasterio a
lo largo de los siglos pasados, ha sido motivo de numerosas discordias
entre algunos vecinos del lugar y el Monasterio en razón de sus lindes.
Por esta
razón, la Comunidad se ha visto obligada a reclamar al Concejo de la
Villa de Haro, a quien Casa de la Reyna perteneció hasta el año de
1676, y al Concejo de su Villa una vez alcanzada su independencia,
continuos apeos que restablecieran las lindes originales y sobre todo la
paz del pueblo.
El
Archivo del Monasterio nos documenta del «primer apeo original hecho y
otorgado en el año de mil¡ e quinientos e sesenta y ocho a pedimento
de la Señora Priora, Monjas e Convento del Monasterio en dicho Logar...
el qual se hizo judicialmente precedidos los requisitos necesarios y
nombramientos de Apeadores y en él se registra el Apeo que se hizo en
la Campa y sitio questá enfrente del citado Convento... apeando
primeramente desde junto a el Calce que sale del Monasterio entre dos
mazas y un salce pequeño... donde pusieron un mojón grande alto que
tiene una Cruz... e hubo un cordel y doze varas y media... e ansí se
acabó de apear el dicho sitio del Monasterio, testigos Pedro de la
Ermilla, Alguazil e Diego de Carranza, vezinos de Haro e Bernal, vezino
del dicho Lugar ante Mí Cristóbal de Briñas, Escribano de su Magestad
e de la Villa de Haro, en testimonio de la verdad».
COMUNIDAD
DE DOMINICAS EN 1583.
Una
de las fácetas de mayor interés en la historia de un Monasterio
representa el conocimiento y disposición de los nombres de las
Religiosas que han precedido y los cargos que han desempeñado. Cuando
por alguna circunstancia especial, algún documento nos facilita el
nombre o nombres de la Comunidad, esto debe trascender a la historia
escrita.
1583
Por
este motivo copio de una «Escriptura de Apeos hechos en Zerezo» la
relación en la que figuran las Monjas que vivían aquel año de 1583 en
el Monasterio de la Piedad:
«Doña
Veatriz del Ssmo., Priora
Marya
de la Asumpzion
Phelipa
del Rosario
Marya
de S. Juan Ebangelista
Ynés
de la Madre de Dios
Francysca
de la Conzezión
Marya
de la Cruz
Ysabel
de la Azensión
Marya
de Velen
Marya
de la Piedad, Sobpriora
Ana
de la Nunziazion
Luysa
de Santa Ana
Marya
de Santo Domingo
Clara
de San Gabriel
Constanza
de los Angeles
Ysabel
de la Visitazión
Marya
de los Reies
Menzia
de la Piedad
...
que es todo el Conbento y la maior parte de todas las Monjas professas
del dicho Monasterio de la Piedad».
29-III-1585
Incluyo
a continuación, porque así corresponde cronológicamente en los
apuntes tomados por mí en la primera fase de investigación del Archivo,
la referencia de que Doña Vicenta de Velasco y de Aragán ingresó el
29 de Marzo de 1585 en el Convento de la Piedad e hizo renuncia de su
legítima en favor de sus padres, los Condestables, Don Iñigo y Doña
Ana de Guznián.
Nueve
años después, el 12 de Noviembre de 1594, al confirmar un Censo
impuesto sobre los bienes paternos de María de Velasco Bergara, hija de
Don Juan y de Doña María, se hace mención a que en el Monasterio
residen un total de 33 Religiosas, de las cuales era Priora Soror Ysabel
de la Azensión, que también figura en la lista anterior de 1583,
llamada en el siglo María de Velasco, perteneciente sin duda a la
familia de los Condestables.
EPITAFIO
DEL SEPULCRO DEL FUNDADOR.
En
un traslado o copia actualizada en el siglo XVII la cronista del
Monasterio deja constancia, sin mayor ampliación de que
12-XI-1594
«...
se puso el 12 de Noviembre de 1594 la placa de jaspe sobre el Panteón
de Don Juan Obispo, nuestro Fundador, con el Epitafio que dice así:
« OH
JESUS NO MIRES MIS MALES PORQUE NO OLVIDES TU NOMBRE »
« AQUI
IACE EL ILUSTRE SEÑOR DON JUAN DE VELASCO, OBISPO DE PALENCIA,
QUE
EDIFICO SVUNTVOSAMENTE TODO ESTE MONASTERIO DE SANTA MARIA DE LA
PIEDAD. FVE HIJO DEL MVI ILUSTRE SEÑOR
DON PEDRO HERNANDEZ DE VELASCO,
CONDESTABLE
DE CASTILLA. FALLECIO EN CASTRO VERDE DE CERRATO ANDANDO
BISITANDO
SV OBISPADO A XV DE MARÇO DE MDXX »
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